Nicole Kidman sabe cómo causar sensación, pero en la Met Gala de este año dejó a todos boquiabiertos, y no solo por la Alta Costura.
La actriz de ‘Babygirl’ presentó un nuevo y dramático peinado corto al pisar la alfombra roja con un vestido Balenciaga personalizado, una reinterpretación moderna de un diseño de Alta Costura de 1952 de Cristóbal Balenciaga. Con la salida de Demna Gvasalia como director creativo, esto se sintió como un guiño considerado y respetuoso a las raíces de la casa de modas española, más que una despedida dramática. No fue estridente ni exageradamente teatral, pero sí exquisitamente confeccionado: a medida, atemporal y totalmente Nicole Kidman.
El vestido, confeccionado en organza de seda, presentaba una falda voluminosa con múltiples capas de enaguas que creaban una silueta dramática e inclinada. Los cinturones de satén de seda acentuaban la cintura y las caderas, añadiendo un acabado elegante. Completó el look con guantes clásicos y zapatos de tacón con tira al tobillo. En cuanto a la joyería, Kidman lució joyas de Cindy Chao y un reloj Omega, mientras que su maquillaje corrió a cargo de Gucci Westman.
Aunque algunos podrían argumentar que la actriz australiana no se esforzó lo suficiente para la noche más importante de la moda, eso parece totalmente fuera de lugar. El código de vestimenta, “Tailored for You”, no se trata de impactar al público ni de luchar por momentos virales; se trata de estilo personal y legado. Nicole ha sido musa de Balenciaga desde hace tiempo, y esta pieza personalizada refuerza esa discreta lealtad a la moda. Su look desprende una naturalidad y seguridad que no necesita artificios, y cuando eres un ícono, puedes permitirte dejar que los detalles se filtren.
Esta noche se marca otro hito en el año que define la carrera de Nicole Kidman, mientras se prepara para recibir el prestigioso Women in Motion Award 2025 en el Festival de Cine de Cannes a finales de este mes.