LA PREGUNTA NO ES ¿QUE PASÓ LA ÚLTIMA NOCHE EN SOHO? LA PREGUNTA ES: ¿QUE VESTÍAN?

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La nueva película de Edgar Wright, protagonizada por Thomasin McKenzie y Anya Taylor-Joy, acaparó desde su estreno todas las miradas gracias al fabuloso vestuario, que sin duda fue una grata sorpresa para el público.

Aunque no seas fanático de la moda, el vestuario de esta cinta es algo difícil de ignorar y es por ello que me veo en la necesidad de hablar quién está detrás de ellos, como de su inspiración nostálgica.

INSPIRACIÓN DE CLÁSICOS DE LA ÉPOCA

La diseñadora de vestuario Odile Dicks-Mireaux (‘Brooklyn‘) tuvo la tarea de equipar a este glamoroso equipo, moviéndose entre la vida de Ellie en el presente, sus sueños de los años 60 y sus reinterpretaciones modernas de ellos. En la preproducción, Wright envió a Dicks-Mireaux una lista de películas para la investigación, que incluía: ‘Repulsion’ de Roman Polanski y ‘Don’t Look Now’ de Nicolas Roeg.

Uno de los looks que tiene su propio momento protagónico fue el abrigo blanco. Inicialmente Odile había pensado en una trench negra de cuero, pero la diseñadora pensó “hey, el negro es un poco aburrido”. Sin embargo, después de ver a Julie Christie vistiendo una trench en color blanco en ‘Darling’ de John Schlesinger, el look tomó otro camino. La pieza encajó tan bien que el equipo la incorporó tanto para el pasado de Sandie, y el presente de Ellie.


UN HOMENAJE AL YOUTHQUAKE

Este término se acuñó por Diana Vreeland, la editora de Vogue Estados Unidos en 1965. Describe un momento histórico en el que los jóvenes eran los verdaderos protagonistas de un constante cambio. Un movimiento que influyó en la industria de la moda, la música o la cultura del Londres de la época.

Centrándonos en la moda, en una era dominada por la Alta Costura italiana y parisina, los jóvenes londinenses desafiaron las normas del pasado, al rechazar la feminidad idealizada que dejó el impacto de la Segunda Guerra Mundial. En ‘Last Night in Soho’ existen varios guiños al movimiento youthquake, desde la popularidad del prêt-à-porter, y un ligero homenaje a Biba, la legendaria boutique londinense creada por Barbara Hulanicki.

La moda de youthquake era divertida, enérgica y juvenil: las minifaldas, los jumpsuit y las siluetas en forma de A en colores llamativos estaban de moda. Así que era obligatorio inspirarse en Mary Quant, creadora de la minifalda, y Andrè Courrèges, responsable de incluir la ciencia ficción en la moda; siendo sus botas “Space Age” una de sus piezas icónicas, mismas que son retratadas en la película.


LAS MUSAS QUE INSPIRARON EL BEAUTY LOOK

Otro aspecto que destaca en ‘Last Night in Soho’ fue el maquillaje, que estuvo a cargo de la nominada al Oscar: Lizzie Yianni-Georgiou. Con un currículum que incluye ‘Dark Shadows’ y ‘Guardians of the Galaxy’, Lizzie inspeccionó minuciosamente el beauty look de varios iconos del pasado para cubrir las expectativas del director.

Reconocida como un icono de la moda y símbolo sexual, la actriz francesa Briggitte Bardot fue la inspiración para el beauty look de Anya Taylor-Joy en su papel de Sandie. El estilo arrebatador y exuberante ha cautivado década tras década y a día de hoy, su estilo sigue siendo un referente para cientos de mujeres que buscan un estilo inocente y sensual a parte iguales. La clave del maquillaje estilo Brigitte Bardot está en intensificar los ojos y mostrar una boca jugosa y extremadamente sensual.

En contraste, tenemos el personaje de Eloise, interpretado por Mckenzie, con un beauty look que realzará su tez natural, para mostrar a una chica fresca y esperanzada a su llegada a Londres. Para eso Yianni-Georgiou sacó su inspiración en los famosos “bambi eyes” de Audrey Hepburn.

Como buena final girl, Mckenzie pasa por muchas situaciones a lo largo de la película, y eso tenía que reflejarse en su maquillaje. Según, Georgiu el maquillaje de Eli al momento de volverse rubia se basa en Daryl Hannah, canalizando un aspecto grungy, gracias a una tez pálida y unos ojos ahumados.


UN MOMENTO PARA RECORDAR EL “PAPER DRESS”

La ropa, después de todo, está en el centro de la película. Lo notamos desde el primer momento en que vemos a su protagonista bailando ‘A World Without Love’ de Peter & Gordon con un paper dress, una tendencia pasajera de los Estados Unidos en la década de 1960.

El paper dress capturó el espíritu vibrante, juvenil, optimista y consumista de los Estados Unidos de la época, por lo que precisamente la prensa de moda especuló sobre la posibilidad de que las prendas de papel se apoderaran de todo el mercado de la ropa. Los vestidos eran caprichosos, a menudo presentaban llamativos patrones de pop art y formas para que el cliente las coloreara. Si bien el paper dress desapareció del mercado en 1968, pero siempre lo recordaremos por su argumento: “No durará para siempre … ¿A quién le importa? Úselo para divertirse”.


LA PIEZA PROTAGONISTA

Casi todos los looks de ‘Last Night in Soho’ son una reinvención a medida de una prenda vintage de la vida real que Mireaux-Dicks encontró rebuscando en una de las muchas tiendas de segunda mano de Londres. Pero hay una pieza que se apodera de la pantalla, robándose todas nuestras miradas: el increíble vestido de carpa.

El soho era un lugar de arte, en donde la gente usaba sus mejores atuendos. Mireaux-Dicks se inspiró en todo ese alboroto para lograr un atuendo que no podía ser Alta Costura, pero tenía que ser lo suficientemente sofisticado para entrar en el Café de París. En cuanto al tono melocotón, Mireaux-Dicks se inspiró en una fotografía de Twiggy con un vestido similar.


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