Jenna Ortega, de la mano de la directora creativa de Dior, Maria Grazia Chiuri, rindió homenaje al personaje de Lydia Deetz para el tan esperado estreno de ‘Beetlejuice, Beetlejuice’ en el Festival de Venecia 2024. Lo hizo optando por una reinterpretación del icónico vestido de novia rojo que lució Winona Ryder en la película original de 1988.
La actriz atrajo todas las miradas al entrar en el Palazzo del Cinema esta noche en Italia con un vestido fluido de Christian Dior a medida que hacía juego con la alfombra roja. La parte superior de la pieza estaba formada por capas de gasa que caían en forma de corazón hasta el ombligo, dejando al descubierto su torso. Se sujetaba con delicados tirantes finos que dejaban la espalda completamente al descubierto.
La falda del vestido era un amplio tutú de tul largo hasta el suelo que, a pesar de sus capas ligeras, era parcialmente transparente. Debajo, Ortega llevaba unos pantalones cortos rojos a juego. Era una versión moderna del glamour de la alfombra roja y un gran guiño al vestido de novia rojo que Winona Ryder usó como Lydia Deetz en la película original.
Ortega continuó con la combinación de colores rouge con un par de altísimas plataformas satinadas de Jimmy Choo, así como un dramático ojo ahumado rojo y un labio rojo brillante. Para agregarle un poco de brillo al conjunto monocromático, la actriz se puso varias capas de joyas de plata y diamantes, que incluían pequeños aretes, un collar retorcido en forma de rama y pulseras y anillos retorcidos a juego.
Hasta ahora, las referencias de Ortega han sido en su mayoría sutiles. Con la ayuda de su estilista, Enrique Meléndez, la joven actriz ha hecho guiños al material original, como cuando lució un conjunto de rayas de Dolce & Gabbana que reinventaba el uniforme del “bioexorcita” Beetlejuice, o cuando pisó la alfombra con un conjunto de cuero moldeado de Lurline que estaba cubierto de motivos de calaveras en homenaje a la cabeza reducida Bob. Sin embargo, el nuevo look de Ortega se inclinó por completo a los terrenos de la Alta Costura y el estilo gótico, siendo un grato guiño al clásico ochentero.