A 20 años de su partida, Celia Cruz está más presente que nunca gracias a su música, sus magníficas actuaciones y sobre todo, sus alegres atuendos que combinaban a la perfección con sus pelucas, accesorios y curiosos zapatos de taco invertido.
La suya era una moda y un estilo que resonaban, por eso solía decir “Si miro al público y veo a alguien vestido mejor que yo, siento que he fracasado… La gente paga mucho dinero para venir a escucharme cantar, pero también para verme cantar, y siempre debo lucir el papel”.
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Celia tenía una figura fabulosa y la mostraba con vestidos ajustados que acentuaban su forma de curvas. Esto incluyó muchos vestidos estilo sirena, con detalles dramáticos.
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Celia adaptó la tradicional bata cubana al escenario estadounidense. Esta bata, diseñada por Enrique Arteaga, fue utilizada por primera vez en Carnegie Hall en 1989 y posteriormente en el Teatro Apollo. La Bata Cubana tiene sus raíces en el siglo XIX, con orígenes tan diversos como la composición multicultural del pueblo de Cuba. Reúne influencias de la cultura y la vestimenta española, francesa y africana, combinando el teatro, la fiesta y el espectáculo del carnaval con la vestimenta de esclavos y gitanos. La Bata Cubana es una prenda que se usa para presentaciones en el escenario o cabaret, por lo que era el traje de actuación preferido de la cantante.
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Lo que pasa con Celia Cruz es que se reinventaba en cada oportunidad, siempre ganando fans nuevos y más jóvenes por su llamativa y colorida imagen. Esa fue la inspiración para su vestido de pavo real que debutó en el Kennedy Center en 2001.
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Celia no tuvo miedo de lucir un color brillante de pies a cabeza. Tenemos la audacia azul cobalto de los Latin Grammy de 2000 o el look naranja soleado (peluca incluida) del video ‘La Negra Tiene Tumbao’ de 2001.
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Antes de que Lil’ Kim, Lady Gaga y Nicki Minaj usaran pelucas tecnicolor, Celia agregaba atrevidos toques de color a sus atuendos con pelucas coloridas. Divertidas pelucas sirvieron como toque final para los looks igualmente atrevidos de Celia.
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Si no fuera brillante, reluciente o reluciente, probablemente Celia no lo usaría en el escenario. Era evidente que quería que su guardarropa brillara tanto como ella. A menudo verías la estrella en lentejuelas, satén, lamé dorado, cristales/pedrería y bordados deslumbrantes.
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Es obvio que Celia Cruz era una estrella del tipo “más es más”. No optó por una peluca atrevida y un vestido discreto, ni por un vestido brillante y un simple arete. No, ella lo mezcló todo sin miedo para crear una apariencia exclusivamente suya. Esto incluía aretes grandes y llamativos, collares poderosos y gafas de sol deslumbrantes.
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En 2002 Celia Cruz estuvo nominada en los Latin Grammy por su álbum ‘La Negra Tiene Tumbao‘, que ganó en la categoría de mejor álbum de salsa. Así de radiante llegó la artista a la ceremonia con un vestido rojo con bordados florales y dramáticas mangas tipo capa.
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Celia posa para los fotógrafos e impone moda en la conferencia de prensa de los Latin Billboard en Mayo del 2002. Recordándonos que la música y la moda van de la mano.
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De su gran colección de cabellos postizos, hay una que quedó en nuestra mente y es la famosa peluca blanquiazul, la cual utilizó en los premios Latin Grammy 2002 y rápidamente se convirtió en la más representativa de la intérprete.
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En el año 2003 Celia Cruz ganó su segundo Grammy por ‘La Negra Tiene Tumbao‘. La legendaria cantante fue una visión de blanco, con un elegante vestido de manga larga de Narciso Rodríguez, un espléndido chal y una gargantilla adornada con diamantes.