Wong Liu Tsong, conocida como Anna May Wong, una actriz estadounidense de origen chino cuya carrera abrió el camino a las personas de ascendencia asiática en Hollywood, se une a las filas de las grandes mujeres a las que se rinde homenaje en la colección ‘Inspiring Women’ de la muñeca Barbie.
Como si estuviera bajo las luces de una cámara con su característico flequillo chic y sus ojos ahumados, esta muñeca lleva un vestido rojo intenso con un dragón metalizado bordado en el corpiño, inspirado en las películas de la actriz, que tuvo un agridulce saltó a la fama en una época en la que los actores blancos que recurrían al yellowface tenían más probabilidades de interpretar personajes asiáticos que los propios asiáticos.
LA ESTRELLA ORIENTAL QUE HOLLYWOOD QUISO CONDENAR AL OLVIDO
“Cuando muera, mi epitafio debería decir: ‘Murió miles de veces’. Esa fue la historia de mi carrera cinematográfica. La mayor parte del tiempo actué en historias de misterio e intriga. Al final no sabían qué hacer conmigo, así que me mataban”. Anna May Wong tenía razón.
Nacida en 1905, de niña se enamoró de la floreciente industria del cine. Era muy pequeña cuando utilizaba las monedas que sus padres le daban para el almuerzo y se las gastaba en meterse en una sala para ver películas. Rebelde y decidida, faltaba al colegio y hacía todo lo posible por colarse en los rodajes que tenían lugar cerca de su casa. Tanto que los directores de aquel cine primigenio le pusieron el mote de CCC (Curious China Child) cuando comenzaron a utilizarla como figurante. Ella misma se rebautizó como Anna May Wong con apenas 11 años.
Pocos años más tarde comenzó a destacar cuando participó en una película al lado de la legendaria Alla Nazimova. Con apenas 17 años, en 1922, protagonizó su primer filme: ‘The Toll of the Sea‘. Sin embargo, su origen étnico siempre se lo puso bastante difícil. Ningún director quería contratarla para personajes principales o que se salieran del estereotipo pese a que ya era una especie de estrella en Estados Unidos.
Su mala suerte tampoco ayudaba: cuando formó su propia productora su socio la acabó estafando hasta que se terminó disolviendo. Los escándalos también la acompañaron de por vida. Siendo aún menor de edad, mantuvo un romance interracial con el director de ‘Freaks‘, Tod Browning. Aunque Estados Unidos fantaseaba con su mirada exótica y sus vestidos extravagantes jamás le perdonó sus orígenes étnicos.
A principios de los 30, en plena explosión del cine sonoro, se acabó mudando a Europa. En el Viejo Continente le fue bastante mejor. Trabajó al lado de un jovencísimo Laurence Olivier y su extraña magia llevó a numerosos espectadores al teatro. Eso fue lo que posibilitó un regreso a Hollywood y un contrato por parte de Paramount. Sin embargo, la meca del cine no había cambiado durante su ausencia. Los romances entre personas de diferentes razas fueron terminantemente prohibidos por el Código Hays y a ella no le quedaba otra que ser la secundaria exótica.
Todavía le faltaba la gran decepción de su vida: la adaptación de la novela ‘The Good Earth’ de Pearl S. Buck, todo un best-seller para cuyo papel protagonista era la favorita absoluta. Era la gran estrella asiática del momento, nadie podía rivalizar con ella, sin embargo fue la actriz alemana, Luise Rainer, quien obtuvo el papel.
Después de eso Wong dejó de trabajar durante más de un año. Viajó a China y allí, en vez de ser recibida con los brazos abiertos, la despreciaron por todos esos papeles estereotipados y negativos que había hecho a lo largo de los años. De regresó a los Estados Unidos, con su carrera cinematográfica a la baja, encontró trabajo en teatro, radio y televisión. A pesar de haber hablado abiertamente sobre el racismo en Hollywood, Wong fue rechazada por su propia comunidad por los papeles que había interpretado.
Después de más de 50 películas (algunos de sus primeros filmes han desaparecido), Wong se retiró en 1942, a los 37 años. En los últimos años de su vida sufrió frecuentes episodios de depresión y se refugió en el alcohol. A las decepciones laborales se le sumó una vida privada llena de dolor: su madre falleció atropellada por un coche que se dio a la fuga y su hermana pequeña, aspirante a actriz, se suicidó colgándose en el garaje. Además su padre nunca aceptó de buen grado su carrera y tuvo que ocultar sus relaciones sentimentales. Con apenas 56 años falleció tras un ataque al corazón.
Tras su muerte, su nombre se sumió en un olvido del que en los últimos años la han sacado un par de biografías y también la exposición del MET, China: a través del espejo, en la que se le dedicaba una sección que mostraba vestidos realizados por Yves Saint Laurent, Ralph Lauren y John Galliano inspirados en los que había usado en sus películas. A principios del 2020 Google le dedicó uno de sus doodles y Netflix ha estrenado ‘Hollywood’, la serie de Ryan Murphy que presenta una realidad alternativa de los inicios de la industria del cine, una en la que Wong disfruta del éxito que no tuvo, pero sí mereció.