Lady Gaga acaba de ofrecer una actuación inolvidable en Coachella 2025. Inspirada en su último álbum, ‘Mayhem’, la cantante desplegó una teatralidad excepcional en el escenario principal del festival el viernes, rindiendo homenaje a Alexander McQueen y luciendo looks que encarnaban la historia del espectáculo: la dualidad entre fuerzas opuestas, la luz y la oscuridad.
Con un espectáculo teatral de inspiración gótica, concebido como una obra de cuatro actos, Gaga abrió el espectáculo con un enorme vestido rojo estilo Tudor, cuya falda se elevaba por encima del escenario. El atuendo era toda una obra maestra plisada y tachonada de terciopelo rojo, haciendo lucir a la cantante como una reina preparada para la batalla.
La noche dio un giro sensual cuando Gaga se deshizo de las últimas capas de teatralidad y se presentó ante los reflectores vestida únicamente con un atuendo satinado. Confeccionado en satén negro intenso, la pieza presentaba un bustier esculpido, delicados ribetes de encaje y una cruz brillante adornada con cristales que recorría el escote hasta el bajo, reflejando la luz como un escándalo susurrado.
Mientras interpretaba uno de sus primeros éxitos, ‘Poker Face’, Gaga hizo un guiño al desfile de moda “It’s Only a Game” de Alexander McQueen de la colección Primavera de 2005, llevando un juego de ajedrez tridimensional al escenario, donde luchó con una reina blanca. Los fans quizá hayan reconocido la corona puntiaguda de la reina del video musical ‘Bad Romance’.
Al parecer a Gaga le encantan los easter eggs y acurrucarse con esqueletos. Mientras interpretaba ‘Perfect Celebrity’, se recostó junto a un esqueleto en un arenero, en lo que parecía una referencia a la toma final del videoclip de ‘Bad Romance’. Para este acto, Gaga lució un minivestido de corsé de Dilara Findikoglu. Mitad corsé, mitad vestido fantasma, mitad fantasía de porcelana rota, la silueta se aferraba a su figura como el recuerdo de un amor enterrado hace mucho tiempo.
Los Little Monsters de toda la vida seguramente recordarán el icónico video musical de ‘Paparazzi’ de Gaga, en el que la lanzan por una ventana solo para regresar con la icónica armadura de Mugler. Gaga recreó el look (junto con una enorme capa ondeante) con un bolero de armadura y casco a juego creado por el artista Manuel Albarran. Todo un homenaje visual a uno de sus mejores videos musicales.
Gaga se lanzó a su siguiente canción, ‘Killah’, con una gracia salvaje, vestida con un look de Marni que era a partes iguales fantasía de moda y pintura de guerra primitiva. El resultado fue una obra maestra visual: abstracta e inconfundible a la vez. El lobo con cuentas se curvaba sobre su cuerpo como un tatuaje de poder, furia y renacimiento, marcándola como la máxima depredadora en el escenario.
Con el eco del inicio de ‘Zombieboy’, Gaga regresó al escenario no como una estrella pop, sino como una general surrealista de los no muertos: imponente, decadente y llena de drama conceptual con un look diseñado por Samuel Lewis y RAMSLAM. La prenda presentaba hombros abullonados exagerados, cintura ajustada y una falda acampanada con una silueta casi teatral, fusionando la regencia del siglo XVIII con la fantasía gótica.
Para ‘Shadow of a Man’, Gaga emergió envuelta en misterio y autoridad, luciendo un traje de Louis Verdad. La chaqueta estructurada gris carbón, ajustada a su figura como una armadura, presentaba líneas nítidas y un cuello alto y asimétrico que enmarcaba su silueta como una sombra en movimiento.
Para el final, Gaga se transformó en toda una visión de Alta Costura con una creación de Matières Fécales, una marca famosa por su sensibilidad futurista, grotesca y vanguardista. La silueta se intensificó aún más con un tocado de largas plumas blancas de otro mundo que se elevaban como alas, enmarcando perfectamente su cabeza y prolongando el efecto teatral.