Ah, Coachella. Lo ames o lo detestes, el festival californiano sigue siendo un momento muy esperado por todas, incluso para aquellos que no asistimos al festival. Es un escaparate donde podemos presenciar el desfile de tendencias en el desierto.
La estrella de Coachella, Lana del Rey, se puso no uno, sino dos vestidos de Dolce & Gabbana para su segundo fin de semana como cabeza del festival musical anual, que se llevaba a cabo en Indio, California.
Diseñado por Molly Dickson, el conjunto de apertura de la interprete de ‘Black Beauty’ fue un vestido de punto drapeado de color negro, con un sutil corte en el centro del frente y completamente adornado con cristales de Swarovski. Completó el look con botas vaqueras llenas de brillos firmadas por la casa de lujo francesa Louboutin.
No es Texas, es Coachella, y aunque esta estética no es nueva en el festival, sin duda es más popular que nunca. Es por ese motivo que Del Rey no dudó en abrazar la tendencia cowboycore, cuando se enfundó en su segundo vestido personalizado de la casa de modas italiana.
Su traje de estilo western presentaba una falda de cuero con tachuelas y flecos de metal, que venía con un cinturón de resina con placa de identificación personalizada. Del Rey complementó con un velo de tul forrado con encaje cortado a mano y un delineador de ojos alado y un labio nude.
